sábado, 31 de marzo de 2012

Algo raro siento en mí

porque se mezclan
se revuelven
se entrecruzan
se unen
se separan
se contradicen
se rozan
se miran
se esconden
se muestran
se empequeñecen
se agrandan
se arrinconan
a veces miran de soslayo
otras directamente a los ojos
nacen y viven allí
juegan a las escondidas
se alimentan de todo
no importando que sea
tristeza o alegría
son como las olas llevadas a veces
sin ton ni son por el viento
y vuelven a mezclarse
siempre están atentos a un roce
una mirada, una palabra
un gesto, una mirada
son el respirar de la vida mía
me agonizan el alma,  es que......
mis sentimientos son

lunes, 26 de marzo de 2012

Mis madrugadas

Y ahora que es de madrugada
siento el cansancio y la pena
¿porqué la tristeza es llana?
¿porqué simplemente es tristeza?
Por que cuando descansa
(y descansa tan poco)
entonces puede entrar la paz.

Pero la tristeza es llana
ni pedregales ni abismos
ni nostalgias ni melancolías
sencillamente es tristeza
que cuando al corazón entra
es reina doncella y... princesa.

Porque cuando quiere venir la muerte
con güadaña o sin ella
cerrar los ojos yo quiero 
de espaldas a la tierra
y mientras miro tu reflejo 
de cara muero en las estrellas.

Porque si entre vivos no te encontré
cerraré mis ojos
y en lo más profundo del amor
allí... te encontraré.

Quiero hoy sentir el cariño.... porque

ya la sangre se me agota 
de mis venas ya cansadas 
debe ser que gota a gota 
se me caen desde el alma 

Y en el suelo se convierten 
como estrellas aplastadas 
en las puntas de cuchillos 
con las hojas afiladas 

Y en la tierra ellas se hunden 
en la tierra ya mojada 
y me llaman y me esperan 
y las siento tan calientes 
que me da pena dejarlas 

Porque los versos me hacen daño 
y me están comiendo el alma 
y por más que yo no quiero 
precisamente hoy... 
hoy vuelvo a sentir 
que muero

Hoy también los versos me hacen daño... es que...

ya la sangre se me agota 
de mis venas ya cansadas 
debe ser que gota a gota 
se me caen desde el alma 

Y en el suelo se convierten 
como estrellas aplastadas 
en las puntas de cuchillos 
con las hojas afiladas 

Y en la tierra ellas se hunden 
en la tierra ya mojada 
y me llaman y me esperan 
y las siento tan calientes 
que me da pena dejarlas 

Porque los versos me hacen daño 
y me están comiendo el alma 
y por más que yo no quiero 
precisamente hoy... 
hoy vuelvo a sentir 
que muero

Y me dijo Dios un día

¿A qué vienes tu aquí?.

“Necesito un corazón”.- dije yo.
“Necesito seguir amando,
quiero ser perdonado y quiero poder perdonar.”

¿Y el tuyo dónde está…el que un día te entregué?
“Es que se lo di a ella… y parece que lo perdió,
o no lo supo cuidar, o lo pisoteó”.

Yo.- me dijo Dios
Yo el mío no te puedo dar,
lo necesito para el amor
y para la humanidad.

Y me fui de allí.

Y vagué por las ciudades
por los campos por los montes
y hasta crucé los mares más allá del horizonte
y cuando cavaba mi fosa
en la que maldigo mi vida
se acercó la oscura noche
la que rompe las heridas.

Y me dijo:

“¿Buscas un corazón?

Toma el mío…te lo doy yo.
Tú ya….no le pidas nada a Dios.!

Y lo tomé en mis manos, y su roja sangre me manchó
estaba lleno de ira, de enojo, de rencor
de sentimientos podridos
lujuria marchita por el calor del sol.

Y le dije a la que lastima la vida:

“¡No lo quiero!. ¡No lo quiero!
Aquí no hay nada de perdón.
yo quiero que vuelva a amarme
perdonarme ella mis errores
y sus errores perdonarle yo.

Disculpa,  pero aquí… no hay nada de amor.”

Y  la que llora profundo
se acercó y me dijo:

“¡Shhhhhhhisss!. Tu no hables tan alto
para que no te escuche Dios,
pero éste es el que tengo…el que te doy yo,
es el que necesitas…. el que no tiene perdón.
Y ahora……..¡Shhhhhhissss!
Tu no hables tan alto….
para que no te escuche Dios.”
Porque Él sabe lo que sientes, 
que mueres cada día, cada noche...
cada instante.

Y me alejé, me alejé allí donde nadie me pueda ver
para asfixiar mis recuerdos,
para anudar mis venas
para sentir que no vivo
para enterrar mi voz
porque hoy.
hoy otra vez quiero sentir...
que muero

Hoy yo quiero sentir... quizás el silencio

Ya no derramaré ninguna lágrima
porque no tengo ya nada que llorar
y reír.... eso de reír
que le quede a los demás.

¿para qué juntar mis manos en una plegaria...
si tampoco la escucha Dios?
¿para qué levantar mis pies...
si se entierran en la arena?

Y mis manos. ¡Oh!. Mis manos
llevan marcas de la vida
que no me quieren dejar,
y no gustan... las rechazan,
no sirven.- dicen.- ni para una caricia.

Debe ser que en esta vida
tienen que ser suaves
porque si son como las mías
llenas de heridas de la vida
seguramente no sirven
ni para una caricia.

Miraré el horizonte
quizás llore en silencio
deshojaré mis recuerdos
y descansaré con mis sueños

Por eso en esta noche
en que me ronda el silencio negro
en esta noche ¡Si!. ¡En esta noche!
yo quiero sentir .... que muero.

Hoy quiero sentir porque ya no tengo...

Y ya voy saliendo con mis penas
porque he muerto tantas veces
que agonizar ya no me queda
en mi triste soledad.

Y cabé mi propia tumba
por querer ser el primero
por creer que ya no había
más dolor para mí.

Y mis ojos se cerraron
y la tierra me tragaba
y mis gritos no salían 
de mi garganta cerrada.

Es que ya no había tiempo
y la prisa ya cojeaba
porque nunca hubo el momento
de sentir que yo te amaba.

Y hoy renazco de la tierra
y en mi caminar primero
sin que nada me detenga
hoy...
hoy vuelvo a sentir que muero

Mi puerta

Era un atrio de montes dorados,
lamidos por lenguas yertas,
tenía puertas de acero forjado,
todas cerradas, ninguna abierta.

En el centro un sepulcro blanqueado,
pintado con tiza negra,
me vigilaba con ojos hundidos,
indicándome cuál era la puerta.

Me instaba a llevar su nobleza,
sabiendo que era yo un caído,
dejando en la aldaba impresa
la marca de mi destino.

Nunca borraré el estigma
que es cicatriz de mi alma,
el no perdón adquirido
que revuelve mis entrañas.

Si hasta el odio se avergüenza,
y no me quiere en su nido,
teme que yo le robe
su negro oro fundido.

Veo pasar a la gente
y el como adornan sus miserias,
creyendo que con brillantes
las pueden hacer más bellas.

Retozando en los jardines
de hojas disecadas,
blandiendo sus sentimientos
como espadas afiladas.

Era un atrio de montes dorados,
lamidos por lenguas yertas,
pobre del alma mía
que ya no encuentra la puerta.

Y en esta noche sola
cuando las nubes se atragantan
en mi garganta enrojecida
cuando el aire que respiro
es la asfixia de mi vida
hoy....
hoy otra vez quiero.....
si quiero hoy...  sentir que muero