martes, 24 de octubre de 2017








En tu corazón







En un lejano pueblo, muy cerca de donde vosotros vivís,
donde la gente era respetuosa de las leyes, decentes,
en una de sus calles, no recuerdo cual, vivía una chica con su abuela, (señora de edad indefinida pero al verla, cualquiera vería que había vivido mucho).

Su nieta, chica joven, como mucho tendría diecisiete años,
negro sus ojos, de figura fina.

Una vez a la semana, precisamente los Sábados al atardecer, la veían como salía de casa y encaminaba sus pasos a las afueras del pueblo, deteniéndose a la orilla del camino que lo rodeaba, y allí se quedaba esperando.

Las señoras del pueblo veían como después de un rato, se detenía un camión, se abría la puerta, la chica subía --
Algunos veían como ésta abrazaba y besaba al conductor,
luego marchaban y se perdían en el atardecer, solo dejando una nube de humo y polvo que tardaba en desvanecerse.

A las dos horas el camión volvía,
se abría la puerta, bajaba la chica, el camión se iba, y la chica se quedaba mirándo hasta que la nube de humo y polvo se desvanecía. Luego cabizbaja, lentamente encaminaba sus pasos a casa de su abuela.

Así pasó más de un año,
cada Sábado, la misma chica, el mismo camión,
la misma puerta que se abre, el mismo conductor,
el mismo abrazo, el mismo beso y la misma nube de humo y polvo que se desvanece.

Algunas señoras comentaban:
"Pobre muchacha, debe tener mucha necesidad para tener que hacer eso".
Otras, decentes ellas, decían:
"No podemos consentirlo, y en nuestro pueblo, y ante nosotras". Mas otras añadían:
"Tendremos que reunirnos para decidir que hacemos". "¡Qué descaro!. Con el cura hay que hablar".

Se supo, por no se sabe quien, que de los hombres del pueblo, mas de alguno le ofreció a la chica dinero, para que le hiciera no se sabe que favores.
La chica ya no hablaba, ya no sonreía, ni siquiera salía de casa, solo ese día, Sábado al atardecer.

Un día, uno de tantos días,
algunas señoras vieron como la chica encaminaba sus pasos a las afueras del pueblo.--Pero no era Sábado, tampoco era al atardecer. "¡Cómo es posible!": Dijo una mujer, y añadió:
"¿Es que ya no se conforma esta muchacha?".
"Ahora no se podrá negar", decían los hombres del pueblo.

Vieron como la chica llegó al camino, y no era Sábado,
tampoco era al atardecer,
alguien vió que no se detenía donde siempre lo hacía,
si no que cruzaba el camino y se internaba en el prado por donde pasaba el río.

Dos días mas tarde la encontraron, colgada del puente que mas allá del camino, cruzaba el río.

Cuando la fueron a enterrar,
en el cementerio a las afueras del pueblo, a la orilla del camino,
toda la gente del pueblo asistió, algunos a regañadientes, otros,
por que había que estar, otros para saludarse, ya que poco se veían, y uno que otro, por que era un acontecimiento, ya que en el pueblo nunca pasaba nada.

Los hombres, todos los del pueblo, todos ellos, resignados, lamentándose en sus corazones de no haber podido obtener de la chica los favores que tanto habían deseado, (Pero hablándo entre ellos, cada uno se vanagloriaba de haberlos obtenido).

Mientras todos, tanto hombres como mujeres se decían de si mismos, lo buenos y honestos que eran,
lo dignos y honrados, escucharon un ruido,...
intrigados dirigiéndo las miradas al camino vieron, que se detenía un camión, el mismo camión, el mismo conductor."
¡Qué descaro¡", exclamaron algunas señoras, "Presentarse aquí". Otra dijo: "¡No hay respeto!".

Todos vieron como se habría la puerta, no la misma puerta, si no la del conductor, y bajaba un hombre de mediana estatura con fino bigote.

Algunos vieron, que en su mano llevaba una flor.
"¡Inconcebible!" decían las mujeres.
"Tendremos que reunirnos para decidir que hacemos".
(las mismas que nunca se atrevieron).
Hasta el cura del pueblo decía en su corazón: "Esto es un sacrilegio, tendré que informar".
Hasta los hombres del pueblo decían: "¿Cómo es posible que esta muchacha estuviese con "esta cosa", cualquiera de nosotros es mas guapo que "esto".

Sin saber como ni porqué, cuando el hombre dirigió sus pasos, acercándose lentamente a los allí reunidos, arrastrando los pies, casi encorvado, pareciendo mas pequeño aún, estos, todos, todos le abrieron camino.


El hombre se acercó cansadamente a la tumba de la chica, vieron todos como se arrodillaba, --algunos--como depositaba la flor que en su mano llevaba.

Las mujeres:... sus bocas cerraron.
Los hombres:... su corazón encogieron.
El cura del pueblo: ... quieto dejó su rosario.
Dos perros gruñendo por un hueso:... dejaron de hacerlo.
El trinar de los pajarillos:... cesó.
Incluso los árboles se inclinaron:... para escuchar mejor.

Cuando todos--todos, hasta el mismísimo cielo escuchó al hombre decir:


"¿Porqué?...¿Porqué hija mía?".

"¿Qué va hacer ahora papá... sin ti?".
..... ...... ....... .......
... ... ... ... ... ... ...
¿Conocéis lo que es la hipocresía?
A veces habita dentro de vosotros,
y no os dáis cuenta,
a veces.... es parte incontestable de vuestra vida.

Si querèis os saco las piedras





Si queréis os saco....

A ver... aclaremos algunas cosas
vosotros queréis que trabaje y yo.... eso lo entiendo
he venido a esta empresa a colaborar en su grandeza
pero no a ser esclavo vuestro, ni de vuestras riquezas.


Si queréis os saco las piedras del río
esas que hay allí al fondo, donde van los que han vivido
o si queréis le cambio el curso, y le doy al río un destino
y lo desvío por las sendas más allá de los caminos
para que las doncellas tengan un más largo paseo
y poder admirar sus prendas y las orlas de sus vestidos.


Pero no me vengáis con esas
de meterme en una empresa...
solo para contar tornillos.


Decís que es una cadena
que todos hacen lo mismo
pero para cadenas tengo
bien marcados mis tobillos.


¡Que yo soy libre señores!
que yo hago mis propios caminos
que cuando quiero parar me tumbo
y cuando quiero seguir... pues sigo.


Mira que querer que yo
con mis manos cuente tornillos.
Si por lo menos fuesen verdes
como el verde de mi parque,
o si fuesen azules como el azul de mi cielo
o del color de la luna
cuando escribo unos cuantos versos
y no me importa si son cristalinos
como el agua que yo bebo, pero...
¿Negros?. ¿grises?.
¿Cómo tierra del pantano?.
¿Cómo cielo del invierno, como...?.


Así que no me vengáis con esas
de que son solo tornillos
que para tornillos tengo
los que faltan en... vuestras cabezas.
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Me encanta la libertad,
sobre todo la que siento en vuestros corazones

El planeta equivocado








El planeta equivocado






Yo no sé lo que me pasa porque siento que...
o nací equivocado
o el planeta no era este
o me echaron de otro lado.


Pero cada vez que hablo o digo mis sentimientos,
tengo que andar con cuidado para no herir los sueños.


Todos a flor de piel llevan heridas sangrando
y cuando me acerco a curarlos , pronto me están degollando.


Cuando hablo con respeto siempre hay alguien prejuzgando,
y si digo lo que siento ya me llevan al cadalso.


Será que nací tarde o en planeta equivocado
o será que soy peligroso por no quedarme callado.


Muchos ya no me hablan por seguir consejos sabios
otros sin dudar me condenan con su corazón domado.


Ya me entra la duda de si soy el bueno o el malo
pero de que nací es cierto... fué en el planeta equivocado.


Y si mi verdad les molesta a los corazones domados
pido perdón por haber nacido... en el planeta equivocado.
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Mientras más tiempo estoy en esta tierra, más seguro estoy
de haberme equivocado de planeta hehehehe.
Es que debería de haber nacido árbol, así por lo menos
tendría corazones dibujados en mi corteza,
y no me faltaría una mirada enamorada hehe.

Quiltro andrajoso y mugriento




Quiltro andrajoso y mugriento










Tengo un cuatro patas que no me deja ni a sol ni a sombra.
¡bueno!... al sol me deja solo, pero a la sombra hehehe...
Le gusta bañarse en el río y dormir entre las piedras.
Le gusta lamer mi cara mientras mira las estrellas.
Le gusta estar conmigo y nunca... nunca me deja.
Llueve o truene
haga calor o haga frío
tenga hambre o haya comido
este quiltro nunca me deja solo.
¿Será que me quiere?
¿me quiere.... quizás?
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Quiltro andrajoso y mugriento
hueles que apestas a pescao
si tuvieses algo de decencia
dormirías pal otro lao.


Que el parque es amplio y hermoso
y aquí me tienes arrinconao
con tus ojos amarillentos
con tus pestañas como púas
y los párpados pegaos.


Si tuvieras los ojos verdes
y peinao a la gomina
si tus pestañas fueran largas
si tus ladridos fueran rimas.


Pero te veo ahí tirao
con las patas medio torcías
con el pelo enrevesao
la cola que no te crece
y con el hocico hinchao.


Quiltro andrajoso y mugriento
hoy te lo digo muy alto
y al oído pa que te quede claro
que si tu me dejas primero
yo me moriré... a tu lao.


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Él daría la vida por tí....
incluso sabiendo él que tu....
no la darías por él.

lunes, 23 de octubre de 2017

Como un susurro











Quiero en esta noche susurrarte al oído
palabras hermosas que te hagan soñar
y que sientas que te amo tan profundamente
que eres mi vida y mi respirar.

Y mientras cuido tu sueño en esta madrugada
te susurro al oído que te amo yo,
que eres mi esposa mi mujer amada
que eres mi vida, mi logro y mi verdad.

Que no habrá en el mundo nada que me impida
estar a tu lado y poderte amar
acariciar tus sueños acariciar tu vida
que eres los latidos de mi corazón.

Y te hablo muy bajito para no despertarte
porque la noche fue linda... ¿no te pareció a ti?
Tu descansa mi vida y sigue soñando
que yo estoy despierto pegadito a ti.

Y te susurro al oído palabras bonitas
las que toda mi vida guardé para ti
porque te veo te amo y acaricio tu vida
en esta madrugada que estoy junto a ti.


Y porque eres la que sana todas mis heridas
y porque eres el tesoro de mi corazón
hoy yo te susurro así muy bajito
que eres mi amada, dueña de mi amor.

Como un amado









Y entraré suavemente, sin hacer apenas ruido
y me sentaré a tu lado... como un amigo
cogeré tu mano y la pondré en mi pecho y rozando tus labios con una sonrisa
en la comisura de tu boca...
un beso te daré.

Será suave y delicado como el de todos los días
y como un amante besa a su amada
asi también besaré tu corazón
será suave y delicado para que no despiertes
para que sigas soñando lo que siempre fue.

Y como un amado que cuida a su amada
me quedaré a tu lado.. y por siempre lo haré
y te cogeré en mis brazos porque eres mi vida
y cubriré tu cuerpo con mi amor por ti
y besaré tu alma, tu alma de niña
y sabrás que soy, el que te ama a ti.

Quitaré el cabello de tu mejilla izquierda
y te daré otro beso... los que tengo para ti
y saldré despacio para no despertarte
y me quedaré en la puerta... alli en tu jardin
y seré el amado que cuida a su amada como dijo Dios que cuidara de ti.


Y cuando rompa el alba y el día acompañe
serás como la amada que cuida a su amado
yo cerraré mis ojos y tú
tú... cuidarás de mí.