se clavan en mi alma como dagas afiladas
y no me dejan paz y no me dejan calma
es que mi sangre se derrama y se mezcla con la tierra
la misma que me vió nacer, la misma que espera que duerma.
Es que cada día y cada momento
cuando a la vida me enfrento
ésta me golpea más fuerte la frente
como si quisiera que en algún momento
yo le suplicara sabiendo que siento que muero.
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