domingo, 13 de marzo de 2011

La Vida Contigo

Y te veo allí sentada quieta y pensativa
tus ojos cerrados soñandole a la vida
y por detrás me acerco como puma en celo
como buscando presa, agazapado, en silencio
y te miro y te amo... y te deseo.
Y extiendo mis brazos y rodeo tu cuerpo
tu cintura tengo y ya no la suelto
tanto la soñé, tanto la esperé
y tus manos toman las mías
tus manos frescas, tus manos frías
y les muestran el camino, por donde va la vida.
Y mordisqueo tu cuello por detrás de las orejas
y te produce cosquilleos un placer y... tiemblas
y mis manos vuelan raudas a coger tus pechos
suaves como la seda de tu piel
tiernos como pan recién hecho.
Y los cojo entre mis manos, los estrujo, los aprieto
y me puede mi deseo, no me contengo y los beso.
Tus pezones..¡Oh tus pezones!.. que a la vida dan sustento
tienen sabor a miel, tienen lo que yo quiero
y no hay nada que le impida a mi boca ser la dueña
de tu tiempo, tus deseos y tus sueños.
Y fui bajando la quebrada que había entre dos colinas
desde tu cuello a tu ombligo, desde tu ombligo a la vida
y como si fuese una súplica yo me puse de rodillas
quería acortar distancias entre tu vida y la mía.
Y mi boca ya entreabierta que buscaba una salida
se hundió entre tus dos piernas
allí...allí estaba la vida.
Y mi lengua recorría de arriba abajo tus esquinas
hasta encontrar el tesoro....el que me daba la vida
y escuchando desde lejos tu gemido entrecortado
yo tomaba entre mis labios
era la fruta escogida.
Y tu danza me decía... ¡Sigue sigue...tu no pares!
que quiero tenerte muy dentro...
porque te elegí en mi vida.
¡Sigue....sigue...enséñame a respirar

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