lunes, 26 de marzo de 2012

Te miro y te siento

y una nube en tus ojos, nubla tu corazón
y veo el desprecio, hermano del odio
que refleja tu mirada, que nació en tu corazón,
y me dices que yo soy el enfermo
mientras tu corazón derrama como volcán enfurecido
la ira que traspasa... siempre mi corazón.

Cada mueca de tu boca
de esa risa sarcástica
de esos ojos cargados de ignorancia
porque crees que conoces
y ni siquiera sabes lo que hay en mí.

Porque miro al horizonte
y no veo los colores
porque se llena la vida del eterno gris
ese que cubre la tristeza del alma
pero que nunca deja de amar a esos ojos
que un día brilllaron cuando mis ojos...
se reflejaron en los suyos.

Y es que cuando quiero
levantar mi pié de la tierra
siento la arena que se mezcla con mi sangre,
inclino mi cabeza, cierro mi ojos,
callo mi boca, se revuelven mis entrañas,
y vuelvo a sentir...
que muero.

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