lunes, 25 de septiembre de 2017

Amiga mìa


Amiga mía



Hola amiga mìa:
¿Sorprendida quizàs, de que te escriba esta carta?
Disculpa entonces, no he querido molestarte,
es que el fuego de mis desdichas està abrazàndo mis entrañas.

Solo querìa escribirte esta, porque eres mi ùnica amiga, y agradecer tus consejos, los que un dìa me diste.
¿Te acuerdas de aquellos?
¿De lo que dijiste?.
¿De lo mucho que sufrìas?.
¿Del dolor que tu sentìas?.

Diràs que me arrepiento de no seguir tus consejos, que incluso habrè perdido hasta mis propios sueños.
Que eras mi amiga, dijiste.
Que tu sabìas de eso, que fuera llorando y gimiendo,
que asì era el proceso.

Por eso te escribo hoy, para contarte lo de ayer.

"Y les dije a los presentes: ¡Gracias por venir!,
pero a mis sentimientos añado un dolor escondido,
el saber lo que sufrìs de los que una vez os amaron,
que con vosotras la risa compartieron, y con vosotras tambièn el llanto, que una vez luchàsteis juntos,
que hasta el firmamento temblaba cuando rozàbais vuestras manos,
que solo vosotras escuchàbais las palabras de esas còmplices miradas.

Vosotras, que fuisteis amadas como nunca os habìan amado,
vosotras que un dìa dijisteis.. ¡Para toda la vida!.

Pero un dìa cualquiera, o un cualquier dìa, en lo màs profundo de vuestro corazòn, algo se rompiò.
Un chasquido;
Un requiebro de la vida;
Un dolor;
y despues muchos pequeños dolores.
Por amor; hasta el amargo ajenjo puedo beber sonriendo a quien amo.

Por amor,... Por amor,... Por amor,...Tristeza,
¡Que profunda tristeza!.
Muros que encarcelan, desvaneciendo ilusiones,
prado que se marchita, no importando cuanta agua vertáis.

Y pasan los momentos, y pasa el tiempo,
unas leen meses, otras leen años, otras... la vida entera,
y ¡Nunca! .-decís en vuestros corazones.-...volverá a mi el amor.

Ya no es profunda tristeza, ya es amargo dolor,
y desde lo mas profundo de vuestra vida,
tímidamente comenzáis a llorar,
y váis alzándo poco a poco vuestro llanto,
para que también escuchen los demás.

Que escuchen aquellos que no saben.
Que escuchen aquellos que ignoran.
Que escuchen aquellos que nunca han vivido.
Lloro mi dolor. ¡Escúchame por favor!.
Lloro mi angustia. ¡Escúchame por favor!.
Mi cuerpo grita... Mi cuerpo llama.
¡Escúchame por favor!.
Mi vida grita... Mi vida clama.
¡Escúchame por favor!.

Silencio... tanto silencio, y mi pena muriendo.
¿Porqué no me escucháis?. ¿Porqué no oís mi llanto?.
¿Acaso no creéis lo que os digo?.
¿Porqué no me creéis?.
¿Es porque han ido tantas a vosotros con llanto y mentiras?.
¿Por eso a mi, no me creéis?. Si, ¡Yo si soy una maltratada!.
¡Yo si soy una víctima!.
Pero esa es la razón. ¿No es cierto?.

¡Escuchádme!. ¡Oíd por favor mis argumentos!.
Yo no soy como esa amiga, la que vino a vosotros el otro día.
¡Por favor... creédme!... No soy como ella.

Yo no le prohíbo a mis hijos que besen a su padre....
como me dijo que hacìa ella.
Yo no le prohìbo a mis hijos, que corran a los brazos de su padre...
como me dijo que hacìa ella.
Yo no cruzo la calle cuando voy con mis hijos y veo que se acerca su padre, prohibiéndoles que le saluden...
como me dijo que hacía ella.
Yo no les susurro a mis hijos cuando están durmiendo,
que no deben amar a su padre...
como me dijo que hacía ella.
Yo no soy la que les dice a mis hijos, que su padre no los quiere,
y por eso no viene a verlos, mientras cierro puertas y ventanas para
que ellos no vean como su padre se pasea nervioso e ilusionado, esperando el momento de besarlos con el amor que solo su padre
puede darles...
como me dijo que hacía ella.

Triste angustia de mi corazón.
¿Cómo entonces voy a ser escuchada?.
¿Quién va a creer en mi angustioso silencio que habla con lágrimas?.

¿Quién, si tú, que dices ser mi amiga, has destrozado mis argumentos?.
¿A quién acudiré entonces por justicia, si tú ya has ido con tus mentiras?.
¿Que haré entonces con mi dolor?.
¿Que haré entonces con mi pena?.

Silencio...guardaré silencio... otra vez.
Y seguiré besando la mano... que abofetea mi amor.
Y seguiré besando la mano... que no acepta un error.
Y mientras lo haga, me acordaré de ti.
Si, de tí, que también eres víctima...
pero de tu propio odio.
Amiga mía

No hay comentarios:

Publicar un comentario